¿La oración de fe me garantiza sanidad?
- Holy Moshe
- Oct 29, 2023
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¿Te han dicho alguna vez que si no eres sanado es porque te falta fe? Es hora de corregir ese error y darle Ctrl+Z.
Es cierto que algunas enfermedades pueden ser resultado del pecado. Es una idea a la que huimos en los círculos reformados pero Santiago 5:15 y 1 Corintios 11:30 afirman que en algunos casos, la enfermedad está directamente conectada con el pecado y el arrepentimiento y la confesión es necesaria para que la persona sea sanada.
Obviamente, no es así en todos los casos. Aunque la oración eficaz del justo puede mucho (Santiago 5:16), no lo puede todo. El único que lo puede todo es el todopoderoso. Hay veces que las personas con mucha fe no son sanadas cuando oran. Y es porque la sanidad no depende únicamente de la oración de fe, también depende de la voluntad de Dios.
"La sanidad no depende únicamente de la oración de fe, también depende de la voluntad de Dios."
Que horrible ha de ser tener esta presión de tener 'suficiente fe' para ser sanado. Hace que las personas se sientan responsables de su propia enfermedad o la enfermedad de otros. Esta errónea interpretación no solo carga con culpa innecesaria, sino que también distorsiona la verdadera naturaleza de un Dios poderoso, compasivo y soberano.
Lo que Santiago está enfatizando es la eficacia de la oración y el poder de Dios para sanar, pero no necesariamente está prometiendo sanidad por medio de la oración de fe en todas las circunstancias. Mientras la Biblia destaca el poder milagroso de Dios para sanar, también muestra casos donde la sanidad no ocurre.
Toma a Pablo por ejemplo cuando pide sanidad del aguijón de la carne en 2 Corintios 12:7-9. Dice que tres veces le había pedido a Dios que le quitara ese aguijón sin embargo Dios le dijo que no. Mira el pasaje:
Tres veces rogué al Señor que me la quitara; 9 pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente presumiré más bien de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.
Nadie puede decir que Pablo no era un hombre con fe. Él tuvo fe en que Dios lo podía sanar, de hecho él ya había experimentado sanidad divina al ser sanado de ceguera y experimentó de primera mano lo que era ser sanado por Dios (Hechos 9:18). Pero en este caso, tuvo que practicar su fe de otra manera–descansando en la gracia y voluntad de Dios. La fe de Pablo no era débil, simplemente estaba arraigada en la gracia y suficiencia de Dios, independientemente de la sanidad.
"La fe de Pablo no era débil, simplemente estaba arraigada en la gracia y suficiencia de Dios, independientemente de la sanidad."
Si no se produce la sanidad, ¿tienes igualmente fe en que Dios te sostendrá y estará contigo durante esa prueba? ¿Tienes fe para decir: Dios tú sigues siendo bueno y confío en ti aunque no me sanes? Eso es fe.
Enfoca tu fe en el carácter inmutable y amoroso de Dios, más que en los resultados esperados. Confía en que, sanado o no, Dios está contigo, sosteniéndote y trabajando para tu bien.
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